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¿Será Tejerina la autora del nuevo modelo de agricultura nacional? Por José María Fresneda, Secretario General de ASAJA CLM

Viernes, 2 de mayo de 2014

Es noticia de interés relevante para el mundo agrario el nombramiento de la nueva Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. Los representantes del sector comienzan a pronunciar su parecer sobre la, hasta ahora, Secretaria General de Agricultura y, por supuesto, sobre lo que se espera de su trabajo.

ASAJA de Castilla-La Mancha también ha contado sus expectativas, entre ellas, que la número dos de Arias Cañete sea capaz de sacar adelante las 66 medidas presentadas por el Gobierno al Parlamento al principio de la legislatura. Esta batería de propuestas está encaminada al cambio radical de la fotografía de la agricultura en este país, pues avanza en dirección a la creación de un modelo de agricultura nacional.

Pero más allá de las medidas concretas para recuperar el equilibrio de la cadena alimentaria, una aplicación nacional de la PAC beneficiosa para todos, o para encontrar el mejor modo de vender nuestros productos, entre otras muchas cuestiones, existe una cuestión trascendental para conseguir el gran desafío de España: una política agraria nacional.

El mismo Kofi Annan nos daba la clave en su intervención en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de este año en Nueva Delhi en una sola frase: Conseguir seguridad de la energía, del agua y alimentaria para todos.

Grosso modo, políticos, académicos y profesionales asistentes a la Cumbre hablaban de la importancia de estos tres elementos y su evidente interconexión entre ellos. Sin embargo, se sigue trabajando con cada uno de los sectores de forma separada. Este enfoque conlleva a un conflicto entre ellos, tales como cuánta agua dedicar a regadíos y cuánta a otros usos. Las políticas que impulsan la producción y la eficiencia en sólo un sector corren el riesgo de no ser efectivas y pueden perder oportunidades para la generación de mayores beneficios e, incluso, pueden producir consecuencias no deseadas, algunas de índole social.

También la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), durante la Conferencia Bonn Nexus 2011, puso en relieve que afrontar los desafíos de la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y la seguridad energética en el contexto del actual crecimiento demográfico requerirá una atención renovada y reformulada del desarrollo agrícola. La agricultura puede y debe convertirse en la columna vertebral de la economía verde del mañana.

La FAO considera que es el momento de dejar de tratar a los alimentos, el agua y la energía como cuestiones separadas y afrontar el desafío de equilibrar de forma inteligente las necesidades de estos tres sectores, aprovechando las sinergias y buscando oportunidades.

Eso es precisamente lo que esperamos del modelo de política agraria nacional que necesita España: un modelo en el que el nexo agua-energía-alimentos se trabaje de forma conjunta, de la misma manera que existe un número de interacciones claves que ilustran dicha conexión:

- El agua es necesaria para la producción de alimentos

- El agua genera energía

- La energía es necesaria para la producción de alimentos

- La energía es necesaria para el acceso a las fuentes de agua

Definitivamente, la integración de estos elementos en su tratamiento dentro de una política nacional es una de las claves para conseguir ese modelo de agricultura que necesitamos y que hasta ahora no hemos tenido.


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