Sin entrar en cuestiones religiosas, ¡qué presente está el campo en Semana Santa! El pasado domingo, de Ramos, cientos y cientos de ramas de olivo dejaban su hábitat natural y paseaban por los cascos urbanos de las grandes ciudades y los entrañables pueblos castellano-manchegos. La poda del olivar es una de las cuatro prácticas que se realizan, junto al abonado, las labores y los tratamientos fitosanitarios, con la intención de producir la mejor de las aceitunas y el mejor de los aceites.
Y es en esta actividad en la que están inmersos la mayoría de los agricultores de la región. Por eso, cuando le preguntaba a un viejo olivarero que qué haría en Semana Santa, concluyentemente afirmaba que “entre Santo y Santo, podaré el olivar”. Y es que los profesionales del campo no se rigen por el mismo calendario laboral que cada año publica el Boletín Oficial del Estado. El meteorológico es el único de los tiempos que marca su actividad.
Así, las lluvias para los cereales ya sembrados, son una bendición dado que se encuentran en una de las fases más importantes de desarrollo. También algunas hortícolas, como los ajos, estarían agradecidas de recibir las mil aguas de abril. (He aquí uno de los primeros conflictos de intereses, porque el agua no es bien recibido por los feligreses. Pero ya sabemos... nunca llueve a gusto de todos).
Lo que está claro es que los agricultores y los ganaderos no se van ahora de vacaciones. Los primeros están controlando sus siembras y, los que no, están a punto de plantar. Otros, los viticultores que han recibido sus autorizaciones pertinentes, están reestructurando el viñedo, bien pasando de vaso a espaldera, bien realizando las plantaciones autorizadas. Los segundos, los dueños del ganado, están cuidando de que los terneros, cabritos y corderos estén a punto para las comuniones, bodas y resto de festejos que se multiplican en primavera y verano.
En definitiva, comienza la planificación de las campañas agrícolas. Los profesionales del campo tienen puestos sus ojos en sus futuras cosechas y la Administración y las organizaciones agrarias, en que esas campañas se desarrollen con total normalidad. Por este motivo, recientemente se celebraba la Comisión Regional de Flujos Migratorios, convocada por la Delegación del Gobierno. La campaña estrella de Castilla-La Mancha, la vendimia, está a la vuelta de la esquina. Entre todos hacemos que los empresarios agrarios contraten temporeros en el marco de la legalidad. De hecho, el departamento laboral de ASAJA de Castilla-La Mancha despliega las velas para que sus afiliados no tengan ninguna contrariedad o sanción administrativa.
Y para terminar, una dura y cruda advertencia: existen empresas fraudulentas que, a pesar de estar de altas como empresas de servicios, no trabajan desde la legalidad y, en el caso de una contratación inadecuada, la responsabilidad subsidiaria recaería en el agricultor. Así pues, a todos los agricultores, recuerden comprobar las altas en la seguridad social de los trabajadores así como el cumplimiento de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales. Y a los socios de esta Organización, recuerden que cuentan con grandes profesionales especializados en todas las oficinas de ASAJA quienes les asesorarán y aclararán cualquier tipo de duda.
Felices vacaciones... para quien las disfrute ahora.
Por José María Fresneda Fresneda, Secretario General de ASAJA Castilla-La Mancha