La vendimia en Castilla-La Mancha ha terminado con una bajada en la producción de entre un 30 y un 40 por ciento, de 22 a 23 millones de hectolitros menos que la pasada campaña. Así lo ha dicho este jueves el secretario regional de Asaja, José María Fresneda, quien ha detallado que la reducción es mayor que la registrada en el conjunto del país, un 25 por ciento menos.
Por provincias, el mayor descenso en la producción corresponde a Albacete y Cuenca, con una bajada del 50 por ciento en la producción con respecto a la campaña de 2013; en Ciudad Real entre un 25 y un 30 por ciento; en Toledo entre un 23 y un 27 por ciento y en Guadalajara subió un 20 por ciento.
Según Fresneda, la bajada de producción ha sido más grave en las zonas de secano y en comarcas en las que ha habido mermas por el granizo como Lillo o Madridejos, en la provincia de Toledo. También se ha reducido la producción en la zona de La Manchuela, en las provincias de Cuenca y Albacete, debido a la «machitez fisiológica» de la uva provocada por las bajas temperaturas. Sin embargo, en la zona de Mondéjar (Guadalajara) la producción ha aumentado un 25 por ciento.
La «excelente» calidad de la uva en todas las variedades ha sido la nota predominante de esta campaña, «que será recordada como una de las mejores cosechas de los últimos años».
En lo que respecta a los precios , el secretario regional de Asaja ha segurado que desde hace un mes se están recuperando los del mosto y el vino, sobre todo el tinto. «La recuperación de los precios está motivada en buena medida porque Francia e Italia han tenido una climatología muy adversa y tienen problemas de escasa graduación alcohólica y poco color en los tintos, por lo que están comenzado a comprar vino en España», explicó José María Fresneda.
Irregularidades en bodegas
Además, el líder regional de Aasaja ha añadido que el 80 por ciento de las bodegas de la región que están comprando uva para hacer vino «cometen irregularidades» y animó a los productores a denunciarlas a los organismos pertinentes.
A juicio de Fresneda, hay un alto porcentaje de bodegas de la región que están llevando a cabo «prácticas irregulares como no fijar precios, no tener contratos o no pagar la uva a los treinta días de ser entregada, como establece la ley de morosidad al ser un alimento perecedero». Y ha alentado a los productores a denunciar estas prácticas. «Que denuncien, que no tengan miedo, que están amparados por la ley; todo esto ayuda para resolver el problema», recomendó Fresneda a los agricultores.
También ha expresado su satisfacción porque la Agencia de Información y Control de Alimentos (AICA) haya comunicado su disposición a comenzar a controlar al sector vitivinícola, como ha solicitado Asaja. José María Fresneda ha recordado que la AICA tiene plena capacidad para investigar y proponer sanciones por incumplimiento de la ley para alimentos y materias primas que se conviertan en alimentos.
Pero para que AICA comience a actuar tiene que ser demandado por cada sector interesado. «Este organismo está realizando controles en los mercados del aceite y de los lácteos y se está preparando un protocolo para introducir también las frutas y hortalizas», ha indicado Fresneda. Y ahora podría extenderse también su actividad al sector vitivinícola, pero se hará por denuncias de los afectados o de oficio para vigilar la relación comercial de agricultores y cooperativas con bodegas privadas.
Según Fresneda, entre las sanciones que pueden ponerse figuran multas de 3.000 euros, si no se reflejan los precios y si se retardan los pagos pueden llegar hasta 100.000 euros.
Fuente: ABC