-La organización agraria explica que las cotizaciones de los cereales han comenzado una tendencia alcista, pero la complejidad en la formación de los precios y las causas de su volatilidad impiden la estabilidad en el sector
La organización agraria ASAJA Castilla-La Mancha ha estimado que la cosecha de cereales en la región no alcanzará los 3 millones de toneladas, lo que supondrá una reducción de más del 30 por ciento en relación al pasado año, cuando se consiguieron unas cifras históricas de producción.
Sin embargo, la reducción de la cosecha no será un factor determinante en las cotizaciones, ya que son muchas las causas que influyen en la formación de los precios. No obstante, el inicio de campaña ha comenzado con una tendencia alcista en los precios de los cereales, que esperan se repita a lo largo de las próximas semanas.
El Comité Ejecutivo de ASAJA CLM, que se ha reunido en Toledo, ha lamentado la dificultad de encontrar la estabilidad en este sector, así como la escasa rentabilidad de las explotaciones de cereales de la región, fundamentalmente, las de secano. Los representantes de ASAJA en las cinco provincias, entre otras cuestiones, han hecho un análisis del inicio de la campaña de cereales que, cada vez más, viene marcada por los mercados y las políticas internacionales.
En este sentido, los precios de este año reflejarán la caída de producción en Centro Europa, Rusia y Ucrania, que se han visto afectadas por olas de calor, aunque es pronto para comprobar las consecuencias. Igualmente, dependerán de la cosecha de trigo y maíz de Estados Unidos, cuya siembra se ha retrasado por las lluvias y puede afectar al rendimiento de las plantas. A ello, hay que sumar otros factores como la política de Estados Unidos entorno a los aranceles o las cotizaciones en las bolsas de cereales de Chicago, París, Londres o Ámsterdam, entre otros muchos factores.
En España, además, las cotizaciones se ven influidos por los precios de los cereales que llegan a los puertos, pues se necesita importar gran cantidad de producto para poder satisfacer toda la demanda interior. Además, ha aumentado el consumo de piensos para hacer frente al incremento de ganado avícola, porcino y vacuno, y también hay que tener en cuenta los stocks de cereales de la campaña pasada, que a día de hoy todavía se mantienen en pequeña cantidad.
Esa volatilidad de los precios viene reflejada en las diferentes lonjas de cereales, que semanalmente ofrecen precios de referencia de las operaciones comerciales del momento. En este sentido, y ante las confusiones que puede generar, el Comité Ejecutivo Regional ha querido aclarar que, en una misma región, como Castilla-La Mancha, las cotizaciones de las lonjas varían también dependiendo de la forma de venta, en almacén o directamente de la finca del agricultor, si se consume en la misma zona de producción porque hay más ganadería o requiere de transporte, o si los puertos están más o menos cerca de la mesa de precios, entre otros.
Por último, el Comité Ejecutivo ha lamentado que los precios no reflejen el incremento de los costes de producción y, cada vez más, las explotaciones de cereales dejan de ser rentables. Únicamente alguna variedad de regadío consigue rentabilidad, el resto, está optando por cambiar de cultivo hacia los leñosos, a pesar de que España sigue siendo deficitaria en cereales. Por eso, ha vuelto a insistir en la necesidad de posicionar al agricultor en la cadena de valor y hacer políticas encaminadas al respecto.
Análisis de la campaña de cereales en Castilla-La Mancha 2019
Los agricultores, que acaban de iniciar las primeras siegas en la región, atribuyen el descenso de más del 30 por ciento de la producción, a las malas condiciones meteorológicas durante las fases de desarrollo de la planta. La falta de lluvias a finales y principios de año, las altas temperaturas en la fase final, y la falta de precipitaciones en mayo para las siembras más tardías, han provocados cambios fisiológicos en las plantas, que han entrado antes en la fase de espigado y verán reducido su peso específico.
La cosecha de este año en la región, en general, se estima que tenga una reducción de un 30%, 1,2 millones de toneladas menos que en 2018, cuando se obtuvieron más de 4 millones de toneladas de cereales. Con relación a la media de los últimos cinco años, esta campaña tendrá una pérdida de entre un 10-15%, aunque tendremos que esperar a ver las condiciones climatológicas de las próximas semanas para ajustar las previsiones. A nivel nacional, la pérdida de cosecha supondrá un recorte del 37% con respecto a la pasada campaña.
Por provincias, Toledo es la más afectada de la región, con una reducción del 60% de la producción y, en algunas zonas, hasta el 80%. Le siguen Albacete y Ciudad Real, con pérdidas de cosecha de entre un 25-30% pero con comarcas afectadas hasta en un 60%. Las provincias con menos daños son Cuenca y Guadalajara, con un 20-30%, según zonas.
Por último, en cuanto a la superficie plantada de cereales este año en la región, que incluye trigo, cebada, avena, centeno, triticale y maíz, se sitúa alrededor de 1,3 millones de hectáreas. La cebada representa el 60% del total de la superficie de cereales en Castilla-La Mancha, seguida por el trigo y la avena que, en términos porcentuales, representan un 18% y un 13% aproximadamente.