'Asaja de Toledo es una asociación de agricultores y ganaderos a los que, como es su obligación, representa y defiende. La posible implantación de una ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves) en la comarca de La Sagra-Torrijos preocupa, y mucho, a nuestros afiliados en la zona. Como hasta el momento sólo conocemos las limitaciones que conlleva la creación de un área protegida de estas características en la agricultura y ganadería y desconocemos, porque nadie los ha explicado, los beneficios que al sector agropecuario pudiera acarrearle o, en su defecto, qué indemnizaciones o contraprestaciones se prevén por las más que probables pérdidas, nuestra postura es la única posible: una firme oposición a la ZEPA.
Asaja hace su trabajo: defender los intereses de sus afiliados. La política se la dejamos a los políticos; la toma de decisiones públicas, a los gobernantes; y la demagogia, a los demagogos. No vamos contra nadie y, por supuesto, no estamos en contra de la conservación del medio ambiente, a la que agricultores y ganaderos siempre hemos contribuido.
Con la ZEPA habría restricciones para montar granjas ganaderas, en la gestión de residuos, en la conversión de suelo forestal en agrícola, a la hora de desarrollar plantaciones de regadío y un largo etcétera. Con relación a esto último, resaltamos que, precisamente donde iría la ZEPA hay una zona cuya transformación en regadío está catalogada de interés dentro del Plan Nacional de Regadíos, cuando, precisamente el riego es una de las labores restringidas en las explotaciones situadas en áreas de especial protección. Esta, llamémosla, contradicción, no es la única en todo este asunto. Llama la atención la definición de esta zona en 2005 como “carente de valor ecológico en Castilla-La mancha con poblaciones de aves esteparias de escasa relevancia a nivel regional” (Diario Oficial de Castilla-La Mancha, decreto 82/2005 del 15 de julio de 2005).
En esta lucha no estamos sólo los agricultores, cosa que es de agradecer. La Federación Empresarial Toledana (Fedeto), considera que la ZEPA frenaría la actividad industrial en una zona con grandes perspectivas de desarrollo. También desde algunos ayuntamientos de pueblos posiblemente afectados se entiende que la declaración de una zona de especial protección no beneficiaría a sus municipios. Pero no todo el mundo lo ve igual. A Asaja le extraña la postura de algunos ediles municipales que ni han asistido ni han respondido cuando esta Organización y Fedeto les han convocado con el simple objetivo de informar e intercambiar impresiones sobre este tema. Puede que algunos Ayuntamientos no hayan calculado bien cómo puede afectar la ZEPA al desarrollo integral de sus municipios. Puede que algunos Ayuntamientos no hayan calculado bien cómo puede afectar la ZEPA al desarrollo integral de sus municipios
Distinta ha sido la actitud del Gobierno regional. Los vicepresidentes primero y segundo, Fernando Lamata y Emiliano García-Page, respectivamente, no han tenido inconveniente en hablar con la Comisión de Afectados por la ZEPA y se han manifestado contrarios a que ésta salga adelante sin consenso. Otra cosa es que el Ejecutivo regional, hasta la fecha, no haya hecho nada ante el Ministerio de Medio Ambiente.
En este asunto, y aparte de las discrepancias que pueda haber, lo esencial es que cada uno asuma la responsabilidad que tiene. Asaja y Fedeto lo están haciendo representando a sus asociados, y los representantes de los poderes públicos trabajarán, sin duda, en beneficio de los ciudadanos que los eligen.'