Castilla-La Mancha está padeciendo una grave sequía, no aliviada por las lluvias caídas durante Semana Santa, que no han solventado el estrés hídrico sufrido por las plantas. En cultivos como el cereal se puede perder un alto porcentaje de las cosechas, según las zonas, y en leñosos habrá que esperar la evolución de viñas y olivos, que también pueden ver reducida su producción. En cuanto a los pastos la falta de precipitaciones en invierno y las escasas de esta primavera ha motivado una situación muy complicada, que está duplicando los costes de alimentación del ganado, que al no poder pastar debe recibir este complemento alimentario a base de piensos.
A esta realidad hay que añadir la retirada por parte de la Consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha del apoyo al sistema de seguros, eliminando su aportación, a través de las subvenciones, a la contratación de las pólizas. En cultivos como viña, olivar, cereal, melón, sandía, pimiento, cebolla, berenjena, ajo o patata esto supone un importante incremento del coste de las pólizas, dependiendo de la línea contratada, respecto al año pasado. En total, la Consejería deja de aportar unos nueve millones de euros anuales, cantidad destinada los últimos años a estas subvenciones.
Esta decisión, tomada de forma unilateral, sin previo aviso, sin consultar a agricultores y ganaderos y sin especificar si será temporal o permanente, llega en el peor año y en el peor momento para los agricultores, que están viendo sus economías mermadas a causa de la escasez de lluvias y notable aumento de los costes de producción.
Esta medida puede significar el descenso de la contratación de pólizas de seguro de cultivos, una política por la que hemos apostado todos en los últimos veinte años a través de la corresponsabilidad entre agricultores-ganaderos y administración, con la subvención de un porcentaje del importe de estas pólizas, cuya contratación asegura la rentabilidad de la explotación ante adversidades como heladas o pedriscos.
El campo no debe pagar una situación económica que no ha generado. Más bien todo lo contrario, pues continúa siendo un sector líder en exportaciones, que genera muchos puestos de trabajo durante buena parte del año y que resulta vital para la economía de numerosas localidades de la región, tanto de forma directa como indirecta. Este incremento del precio de las pólizas es un obstáculo más en el camino de unos agricultores y ganaderos que se esfuerzan a diario por sacar adelante sus explotaciones, pero que se encuentran con una complicada situación de falta de rentabilidad.