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El sector porcino, amenazado por la vacuna inmunológica que quiere legitimar la Unión Europea

Martes, 4 de octubre de 2011

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ASAJA de Castilla-La Mancha asegura que no hay una alternativa fiable a la castración quirúrgica de los cerdos

 

La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha rechaza la previsible aplicación de la castración inmunológica de los cerdos por considerar que no respeta las medidas de seguridad alimentaria y de bienestar animal y por sospechar que detrás de la aplicación de una medida como ésta existen intereses particulares.

Ésta será la postura que la Organización Agraria trasladará en Bruselas a las responsables de la Unidad de Bienestar Animal y de la Dirección General Sanco, Laurence Bonafos y Judit Krommer, después de analizar las conclusiones obtenidas en la reunión que mantuvieron un conjunto de organizaciones, acogidas satisfactoriamente por la Comisión Europea, para buscar alternativas a la castración quirúrgica de los cerdos, una práctica que  se realiza para impedir determinados olores o sabores de la carne de porcino y para evitar comportamientos agresivos de los animales en su fase de cebo.

Tras la reunión se firmó una declaración escrita para prohibir la castración quirúrgica de forma gradual, de aquí a 2018. ASAJA de Castilla-La Mancha rechaza rotundamente dicha declaración por considerar que la alternativa propuesta, la castración inmunológica a través de una vacuna, no es una medida fiable ni para el bienestar de los animales ni para el consumo humano. Además, sospecha que, detrás de esta propuesta, se encuentran los intereses partidistas de la única compañía farmacéutica que tiene registrado dicho producto.

La Organización Agraria considera que, antes de imponer una medida de este tipo, hay que demostrar con suficientes estudios científicos que la vacuna no tiene implicaciones sanitarias para el ser humano una vez consumida la carne de cerdo. Es decir, la Comisión Europea debe respetar el Principio de Precaución en materia alimentaria antes de promover una alternativa como ésta y, por tanto, velar por la seguridad alimentaria.

En relación a las cualidades organolépticas, tampoco hay suficientes pruebas para saber qué implicaciones sobre la calidad de las producciones puede tener este sistema de castración.

Por último, ASAJA de Castilla-La Mancha considera que la aplicación de medidas que mejoren el bienestar animal en la producción de cerdo debe ser general y no parcial. La aplicación de la única alternativa a la castración quirúrgica, sin tener en cuenta otros factores que mejoren la calidad de vida de los animales, hace sospechar que, detrás de la vacuna existen intereses sesgados y parciales.

En este sentido, existen medidas de bienestar animal mucho más importantes, como la carga animal en la explotación, pues el mantener animales como el cerdo encerrados de por vida en cochiqueras donde no tienen acceso al aire libre y viven en permanente hacinamiento suponen un mayor sufrimiento al animal.

Por tanto, para que los productores de porcino españoles comiencen a negociar posibles alternativas a la castración quirúrgica, el resto de la Unión Europea debería igualar sus cifras a las de España, cuya carga máxima en las explotaciones extensivas es de 2,4 Unidades de Ganado Mayor (UGM) por hectárea.

Cabaña de porcino en Castilla-La Mancha

La castración de los cerdos se efectúa principalmente en los cerdos ibéricos,  pero también existe un 15 por ciento de cerdos machos de capa blanca destinados a productos de mayor calidad y mayor valor añadido que también son castrados.

Aunque en Castilla-La Mancha la mayoría de la producción es de porcino blanco, la imposición de la vacuna supone abrir las puertas a métodos no naturales al sector, en contra de los principios de sanidad animal, seguridad alimentaria y medioambiental por los que aboga la nueva Política Agraria Comunitaria.

Además, cualquier factor que incurra en los precios del cerdo ibérico, como el aumento de los costes de producción, repercuten en el resto del porcino, lo que conllevaría a poner en la cuerda floja a los porcicultores de la región.

En cifras, Castilla-La Mancha cuenta con 1.199 explotaciones que albergan 1.403.733 cabezas de porcino, según el último Censo Agrario de 2009. En términos nacionales, España registra 69.772 explotaciones con un total de 24.712.057 cabezas.

En conclusión, ASAJA de Castilla-La Mancha está a favor de aplicar cualquier medida fiable que mejore las condiciones de los animales, así como aumenten la seguridad alimentaria y respete el medioambiente. Sin embargo, la castración inmunológica propuesta responde más a intereses particulares que a la mejora del sector porcino, pues se desconocen los efectos de la vacuna en los animales y en los consumidores de dicha carne. Por tanto, la Organización Agraria exige que, antes de imponer una medida como ésta, se estudien alternativas a la castración quirúrgica verdaderamente fiables y que no supongan un obstáculo más para los productores.
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