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Descubre aquí cómo aplicar el ozono en la agricultura

Lunes, 28 de octubre de 2019

¿QUÉ ES EL OZONO?

Es un gas compuesto por 3 átomos de oxígeno O3, que tiene un color azulado y olor penetrante.

Es el desinfectante natural más eficaz y rápido que se conoce, se utiliza ampliamente para desinfectar aire, agua, alimentos, superficies, tejidos y mobiliario, también se utiliza para eliminar olores. El ozono degrada todo tipo de compuestos transformándolos en subproductos inertes e inocuos que pierden sus propiedades. Tras realizar su función se convierte de nuevo en oxígeno, no se acumula, no deja residuos y es respetuoso con el medio ambiente.

¿CÓMO SE OBTIENE EL O3?

El ozono se obtiene al someter el oxígeno a descargas eléctricas controladas. La molécula de oxígeno O2 se disocia y se combina con otra molécula en forma triatómica O3. El ozono se genera y se aplica in situ, es decir, no se envasa, ni se transporta. Se produce con el generador de ozono y se aplica al instante.

VENTAJAS DEL SISTEMA EN LA AGRICULTURA

-Tratamiento automático, sin consumo de materia prima. Solo se alimenta de aire y electricidad.
-El ozono es el desinfectante más potente que se puede usar para aguas, no deja residuo tras el tratamiento, ni olor, ni color, ni sabor al agua.
-Oxida cualquier compuesto orgánico, metales disueltos, pesticidas, toxinas.
-Elimina cualquier microorganismo presente en el agua. Virus, bacterias, hongos, etc.
-Se regula y monitoriza fácilmente. Control por PLC, información al móvil, ordenador, etc.
-Oxigena el agua y la deja en perfectas condiciones para el cultivo.
-Desinfecta suelos, raíces y tuberías
-Genera crecimiento más rápido debido a la alta disponibilidad de oxígeno con aumento del enraizamiento, y la absorción de nutrientes por la planta.
-Evita la contaminación cruzada de enfermedades por el agua y el ambiente, ya que parte del ozono disuelto se libera y reduce las enfermedades foliares.
-Reduce los costes de biocidas y las pérdidas de producto.

APLICACIONES DEL OZONO EN LA AGRICULTURA

En el tratamiento de las diversas enfermedades del viñedo, tanto fúngicas, como de suelo y aquellas que afectan al follaje de la planta, el ozono es aplicado disuelto en agua.

Aplicación foliar

Aplicado a través de equipos de atomización y nebulización humedeciendo abundantemente la planta con el fin de contactar con el hongo, virus o bacteria productor del problema.

El ozono, al ser el desinfectante natural más potente que existe, garantiza al contactar con la planta la total paralización y erradicación del problema tratado.

Su uso y aplicación en las distintas fases de crecimiento y desarrollo de las plantas, tales como: poda, brotación, floración, envero, etc., de forma preventiva, arroja unos resultados espectaculares evitando que las distintas enfermedades fúngicas que afectan al viñedo, tales como la yesca, oidium, mildiu, araña roja, etc. hagan aparición durante la campaña, evitando la pérdida de fruto en el periodo de recolección.

Por ejemplo, es sobradamente conocido que el oídio es un hongo que habita en la cepa todo el año, en el interior de las yemas y de los sarmientos durante el invierno y que sale al exterior al comienzo de la brotación. El viento propicia que el hongo una vez salido de su letargo, se propague por todas las zonas verdes de la cepa para atacarla, sobre todo en unas condiciones climatológicas favorables de 25 a 28ºC de temperatura y con la existencia de una humedad relativamente alta.

La mejor defensa contra esta enfermedad es la prevención y es ahí donde interviene de forma directa el ozono.

En agua de riego

El ozono aporta un plus a las plantas en cuanto a salud y vigorosidad, reduciendo en un porcentaje muy alto el índice de enfermedades y el consumo de productos fitosanitarios, así como fortaleciendo la raíz de éstas y reduciendo el número de enfermedades.

A su vez, con el agua ozonizada, en dosis y concentraciones altas de aplicación y previamente controladas, desinfecta y oxigena el suelo tratado, sin dejar ningún tipo de residuo ya que el ozono, se descompone en oxígeno.

Todo ello se llega a conseguir con equipos específicos, de fácil manejo para el agricultor, portátiles, etc. y conjugando técnicamente éstos, con el producto, las temperaturas, caudales y presiones adecuadas.
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