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La Organización asegura que el encarecimiento del gasóleo agrícola ahoga al sector productor
La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha ha alertado de que el encarecimiento desorbitado del gasóleo agrícola está asfixiando a los agricultores y ganaderos de esta región y urge medidas para que la tendencia a la baja del crudo se traslade inmediatamente a los precios del carburante en el campo.
La Organización Agraria asegura que el precio del barril de Brent registra desde el pasado mes de abril una tendencia a la baja pasando de 122 a 109,30 dólares en agosto por lo que considera que esta reducción del 10 por ciento debería haberse trasladado al precio del gasóleo agrícola que, por el contrario, acumula una subida interanual del 38 por ciento.
En la actualidad, el precio del gasóleo agrícola se sitúa en 0,98 euros el litro frente a los 0,71 del año pasado, lo que significa que repostar gasóleo agrícola es hoy un 38 por ciento más caro que el año pasado.
Esta situación, según ASAJA de Castilla-La Mancha, estrangula la actividad agraria y ganadera porque los agricultores y ganaderos no pueden seguir manteniendo unos costes de producción disparados mientras que los precios en origen siguen estando por los suelos.
Es por ello que deberían establecerse los mecanismos necesarios para que al igual que el precio del barril de petróleo experimenta una evolución casi paralela a la del gasóleo agrícola en las coyunturas de tendencia al alza; el gasóleo agrícola registre bajadas en la misma proporción que se reduce el precio del barril del petróleo; algo que no ocurre así.
La Organización Agraria asegura que al sector agrario se le exige continuamente la producción de alimentos de calidad y, por lo tanto, desde las Administraciones se deberían adoptar las medidas necesarias para garantizar esa demanda y, por tanto, reducir sus costes de producción o, de lo contrario, seguirán desaparecerán miles de explotaciones agrarias.
ASAJA de Castilla-La Mancha insiste en que el sector agrario no debe asumir la crisis porque es el único que a través de los procesos de comercialización está garantizando la actividad económica en una sociedad predominantemente rural.
Para la Organización Agraria, “es una auténtica fechoría que los procesos especulativos, en este caso, en referencia a los carburantes, se ceben con los agricultores y ganaderos”.
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