'La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha ha manifestado que la agricultura es uno de los motores para paliar las consecuencias de la crisis económica y financiera por lo que el Gobierno debe apostar incondicionalmente por este sector y crear un Ministerio con la suficiente fuerza política para posicionarse como un referente en el ámbito comunitario.
Para la Organización Agraria, el 7% del PIB español que representa la actividad agraria, la gran cantidad de liquidez que inyecta a la economía nacional procedente de los fondos europeos y el elevado número de empleos que genera en la cadena alimentaria, son razones suficientes para convertir a la Agricultura en uno de los ejes principales de la política nacional.
Por este motivo, es imprescindible un Ministerio fuerte dirigido por un titular influyente capaz de negociar en Bruselas el futuro de los agricultores y, por ende, de la economía del país. De este modo, para ASAJA de Castilla-La Mancha el principal reto del departamento debe ser asegurar la continuidad del sector primario para lo que es necesario tumbar la propuesta legislativa de la Política Agraria Comunitaria presentada por la Comisión Europea, y conseguir que verdaderamente el objetivo de la PAC sea la producción de alimentos sanos y en cantidad suficiente.
Los agricultores españoles son los responsables de la seguridad alimentaria, el bienestar animal y la protección del medio ambiente. El sector primario es el que garantiza que el agujero de la capa de ozono no se prolongue. Por todo ello, la sociedad tiene que ser consciente de que la agricultura tiene un coste y de ahí la importancia de contribuir a su mantenimiento.
De este modo, ASAJA de Castilla-La Mancha insiste en que si quien contamina paga, quien descontamina tiene que cobrar. Así pues, el Gobierno no se puede permitir perder ni un euro de la ficha financiera, e incluso, debe aumentarlo para poder afianzar el principal exponente de la agricultura mediterránea, que es la producción española. Por muy mala que sea la coyuntura económica, la superficie productiva no se puede deslocalizar, pues las óptimas condiciones de la tierra y el clima en que nos encontramos no se pueden trasladar a ningún otro sitio.
Además de las negociaciones en Bruselas, la Organización Agraria considera que uno de los temas urgentes en los que deberá centrarse el nuevo Ministerio es en la ejecución de medidas para garantizar los precios agrarios. El precio que recibe un agricultor no puede estar, bajo ningún concepto, por debajo de los costes de producción, tal y como está sucediendo en estos momentos. Es necesaria una normativa legal que ataje estos desequilibrios, acuciados muchas veces por una ley de Competencia que, en última instancia, perjudica al primer eslabón de la cadena alimentaria, el productor. Para ASAJA de Castilla-La Mancha, los agricultores son los que se encuentran en desventaja con respecto a la distribución, porque sus productos son perecederos. También los consumidores son víctimas de este desequilibrio. El Ejecutivo debe, por tanto, armonizar la situación creando un marco legal ajustado a la realidad.
Además, el Ejecutivo tiene que aplicar los instrumentos necesarios para modificar el obsoleto sistema de comercialización que rige en la actualidad, marcado por movimientos especulativos en los mercados que está terminando con la viabilidad de muchas explotaciones agropecuarias.
Por otro lado, la consecución de un Plan Hidrológico Nacional que atienda las necesidades de los agricultores y corrija el déficit en materia de regadíos y de infraestructuras que sufre esta región, así como la puesta en marcha de un seguro de renta que garantice la rentabilidad del agricultor, deben ser también unas de las prioridades principales para la Administración.
Para ASAJA de Castilla-La Mancha, todas estas propuestas señaladas contribuirían a crear una política agraria nacional en la que, además de contemplarse la normativa europea, se estableciera un modelo que protegiese y diera preferencia al sector agrario español, estratégico para la economía de este país.
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