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Desde la Organización Agraria lamentan que apenas se ven incrementados respecto a la campaña anterior, situándose incluso por debajo de los niveles de 1988 y 1989
ASAJA de Castilla-La Mancha ha calificado de “absolutamente insuficientes e inaceptables” los precios de la uva hechos públicos por algunas bodegas de las denominaciones de origen ‘La Mancha’ y ‘Valdepeñas’.
Tras conocer estos primeros precios, desde la Organización no entienden que con la situación actual (notable reducción de cosecha, inexistencia de excedentes y récord de exportaciones) los precios apenas se vean incrementados respecto a la campaña anterior, situándose incluso en los niveles de los lejanos años 1988 y 1989.
ASAJA C-LM denuncia, una vez más, la posición de dominio del sistema de formación de precios del sector industrial. La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores rechaza este sistema “impositivo y nada concertado”. Por ello, sus dirigentes consideran que los organismos y administraciones correspondientes deben “poner coto y parar esta sangría” que está sufriendo el sector productor español, que afecta gravemente no sólo a los precios de la uva sino también a otros perecederos, como los hortofrutícolas, que los agricultores producen cada año para asegurar el consumo de productos de calidad de la sociedad mundial.
Por ello, desde ASAJA de Castilla-La Mancha tachan de “inaceptables” los precios designados por diversas bodegas para esta campaña, que van desde los 0,0147 euros/kilogrado (2,45 pesetas) de la blanca en la Denominación de Origen ‘La Mancha’ y 0,0153 euros/kilogrado (2,55 pesetas) en la DO ‘Valdepeñas’ hasta los 0,0159 euros/kilogrado (2,65 pesetas) para la tinta en ‘Mancha’ y los 0,0189 euros/kilogrado (3,15 pesetas) en ‘Valdepeñas’.
Frente a estos precios, en el mencionado año 1988, la blanca en la DO ‘Valdepeñas’ se situaba en 2,50 pesetas/kilogrado y la tinta en 3,30. Y en 1989, en esa denominación alcanzaron las 3,25 pesetas/kilogrado la blanca y 4,00 pesetas la tinta, muy por encima de los actuales precios publicados. Así, mientras los precios han descendido, los costes de producción (gasóleo, energía, etcétera) han aumentado considerablemente, limitando cada vez más la rentabilidad de las explotaciones y poniendo a los productores en una complicada situación.
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