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ASAJA CLM rechaza el Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadiana por no garantizar las necesidades hídricas del sector agrario

Martes, 15 de noviembre de 2011

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ASAJA Castilla-La Mancha rechaza el borrador del Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadiana, propuesto por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), por considerarlo un plan sin presupuesto, sin firmeza política y sin planteamientos serios y rigurosos, basado meramente en criterios medioambientales y no agrarios, que no contempla ningún tipo de creación de infraestructuras de regadío, no reordena los derechos de riego ni tiene en cuenta aportaciones externas de agua ni las conexiones entre las zonas deficitarias y excedentarias de agua.

Esta es la postura que la Organización Agraria trasladó a la Consejera de Agricultura, María Luisa Soriano, durante la reunión que mantuvo su departamento con las Organizaciones Agrarias para la puesta en común de las alegaciones a dicho Plan.

El borrador propuesto tampoco contempla la acumulación de recursos hídricos, que no implica mayor consumo de agua. Esta medida resulta fundamental sobre todo para las numerosas explotaciones agrarias pequeñas y medianas, en especial las de carácter familiar y agricultores a título particular, obligados a extraer el agua de todas las tomas de la explotación en lugar de una o de varias, lo que haría más rentable sus producciones.

Tampoco recoge la compensación de caudales, que permitiría la planificación de los cultivos y las rotaciones con varios años de antelación. Esto quiere decir que si un año no se llega al máximo estipulado en sucesivos años se pueda utilizar esta agua, o si en algunas campañas se supera se compense en las anteriores, evitando así posibles sanciones.

Para ASAJA de Castilla-La Mancha, la aplicación de este Plan supondría reducir prácticamente a la mitad la superficie de regadío en la zona del Alto Guadiana, echando de la agricultura a cinco de cada diez agricultores. Y así lo trasladaron a los representantes de la Consejería de Agricultura a los que demandaron su apoyo para rechazar este Plan.

Para la Organización Agraria la propuesta agrava aún más la situación de algunas zonas o acuíferos que no están sobreexplotados, y que incluso ahora sí lo estarían como en el área de Lillo-Villacañas, poniendo en peligro la viabilidad de otros muchos agricultores dedicados a los cultivos de regadío.

ASAJA de Castilla-La Mancha lamenta la histórica falta de voluntad política para conseguir en la región una agricultura competitiva, que en la actualidad cuenta con tan solo 2.000 metros cúbicos por hectárea, frente a los 6.000 y 8.000 asignados a otras zonas, y con un Plan que pretende reducir a 1.600 metros cúbicos esa dotación. Si existen limitaciones de riego de aguas subterráneas debería planificarse un desarrollo de infraestructuras para aprovechar las aguas superficiales y depuradas, que deben ordenarse y regularse para atender las demandas presentes y futuras de los agricultores. Y más, teniendo en cuenta que la región tiene una capacidad de embalsamiento de agua muy inferior a la de otras regiones.

Además, el Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadiana prevé escasas asignaciones para los usos ganaderos, obviando que en el ámbito territorial hay casi un millón de cabezas de ganado ovino.

Por último, la Organización recuerda que no se puede eludir el déficit histórico que tiene Castilla-La Mancha frente a otras zonas, incluso de la misma cuenca. Por tanto, ASAJA de Castilla-La Mancha exige un Plan que potencie el regadío, pues este tipo de agricultura genera una renta cuatro veces superior al secano, crea empleo y fija la población en el medio rural.

Esta es la postura que la Organización Agraria trasladó a la Consejera de Agricultura, María Luisa Soriano, durante la reunión que mantuvo su departamento con las Organizaciones Agrarias para la puesta en común de las alegaciones a dicho Plan.

El borrador propuesto tampoco contempla la acumulación de recursos hídricos, que no implica mayor consumo de agua. Esta medida resulta fundamental sobre todo para las numerosas explotaciones agrarias pequeñas y medianas, en especial las de carácter familiar y agricultores a título particular, obligados a extraer el agua de todas las tomas de la explotación en lugar de una o de varias, lo que haría más rentable sus producciones.

Tampoco recoge la compensación de caudales, que permitiría la planificación de los cultivos y las rotaciones con varios años de antelación. Esto quiere decir que si un año no se llega al máximo estipulado en sucesivos años se pueda utilizar esta agua, o si en algunas campañas se supera se compense en las anteriores, evitando así posibles sanciones.

Para ASAJA de Castilla-La Mancha, la aplicación de este Plan supondría reducir prácticamente a la mitad la superficie de regadío en la zona del Alto Guadiana, echando de la agricultura a cinco de cada diez agricultores. Y así lo trasladaron a los representantes de la Consejería de Agricultura a los que demandaron su apoyo para rechazar este Plan.

Para la Organización Agraria la propuesta agrava aún más la situación de algunas zonas o acuíferos que no están sobreexplotados, y que incluso ahora sí lo estarían como en el área de Lillo-Villacañas, poniendo en peligro la viabilidad de otros muchos agricultores dedicados a los cultivos de regadío.

ASAJA de Castilla-La Mancha lamenta la histórica falta de voluntad política para conseguir en la región una agricultura competitiva, que en la actualidad cuenta con tan solo 2.000 metros cúbicos por hectárea, frente a los 6.000 y 8.000 asignados a otras zonas, y con un Plan que pretende reducir a 1.600 metros cúbicos esa dotación. Si existen limitaciones de riego de aguas subterráneas debería planificarse un desarrollo de infraestructuras para aprovechar las aguas superficiales y depuradas, que deben ordenarse y regularse para atender las demandas presentes y futuras de los agricultores. Y más, teniendo en cuenta que la región tiene una capacidad de embalsamiento de agua muy inferior a la de otras regiones.

Además, el Plan Hidrológico de la Cuenca del Guadiana prevé escasas asignaciones para los usos ganaderos, obviando que en el ámbito territorial hay casi un millón de cabezas de ganado ovino.

Por último, la Organización recuerda que no se puede eludir el déficit histórico que tiene Castilla-La Mancha frente a otras zonas, incluso de la misma cuenca. Por tanto, ASAJA de Castilla-La Mancha exige un Plan que potencie el regadío, pues este tipo de agricultura genera una renta cuatro veces superior al secano, crea empleo y fija la población en el medio rural.

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