- La organización agraria explica que los agricultores están dispuestos a colaborar y propone a los ayuntamientos que sufraguen los gastos derivados de la recuperación de los cauces acogiéndose a medidas como las de la declaración de Zona Catastrófica.
ASAJA Castilla-La Mancha ha pedido que se acondicionen los cauces de arroyos y ríos que, debido a las pocas actuaciones realizadas en los últimos tiempos, han sido devastados por los efectos de la borrasca Filomena. La organización agraria, que lleva años advirtiendo de su mal estado, ha explicado que ahora ya no solo se necesita la colaboración de los agricultores y la actuación de las confederaciones hidrográficas, sino también la implicación sin condiciones de los ayuntamientos.
El secretario general de la organización agraria, José María Fresneda, ha mantenido un encuentro con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Samuel Moraleda, quien ha asegurado que el organismo tiene previsto comenzar con la recuperación, pero que cuentan con recursos limitados para poder subsanar la totalidad de los puntos afectados.
Tanto la Confederación como la organización agraria plantean la posibilidad de que los agricultores se agrupen y colaboren en el proceso de acondicionamiento, ya que, tal y como han trasladado a ASAJA CLM, los propios agricultores están dispuestos a hacerlo. Para ello, la Confederación concedería las autorizaciones para poder llevar a cabo actuaciones integrales y continuas de los cauces de los ríos.
Por su parte, han propuesto que los ayuntamientos sufraguen los gastos que generen los agricultores para la restauración fluvial, como el pago de las tasas, pudiendo utilizar las medidas de recuperación que se pondrán en marcha con la declaración de Zona Afectada Gravemente por una Emergencia de Protección Civil, la conocida como Zona Catastrófica, al amparo de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil.
Los agricultores cuentan con la experiencia y los medios necesarios para llevar a cabo las tareas de recuperación de los márgenes en el dominio público, como la eliminación de sedimentos y vegetación, allí donde no alcancen las administraciones públicas. Además, los agricultores pueden colaborar para comunicar los ríos y arroyos afectados tanto a las confederaciones como a los ayuntamientos, y con la voluntad de todos, se conseguiría acelerar el proceso de acondicionamiento y recuperar de una vez por todas los cauces públicos de la región.