- La organización agraria pide controles en las fronteras, adaptación de los seguros, medidas para sanidad animal y el pago inminente de las ayudas asociadas, entre otras cuestiones.
ASAJA Castilla-La Mancha ha asegurado que, a pesar de todas las movilizaciones por la dramática situación que vive el sector, la “ganadería ha sido la gran olvidada del Gobierno de España”. De las 43 medidas de apoyo al campo propuestas por el Ministerio de Agricultura, “apenas se ha conseguido una flexibilización de la aplicación de la Política Agraria Comunitaria (PAC) para reducir la carga ganadera y aplazamientos de normativas que dilatan la agonía de los ganaderos en el tiempo”.
Así lo ha señalado esta mañana en rueda de prensa la responsable de ganadería de la organización agraria, María Tapia, que, junto al presidente de ASAJA CLM, José María Fresneda, han planteado las principales medidas que demandan para el sector.
La mayor preocupación, ha indicado Tapia, “es la absoluta inseguridad en la que está inmersa la ganadería, sobre todo, con el problema sanitario”. Por ello, ha reclamado al Gobierno de España que controle la entrada de animales y productos de terceros países en los puertos, como el del Puerto del Rosario y Tarfaya, que se han convertido en "auténticos coladeros, por donde pueden entrar enfermedades ganaderas y productos agroalimentarios sin controles” como ya ocurrió con la entrada de la viruela ovina o la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE). En este sentido, ha pedido vigilancia con partidas presupuestarias para puntos de inspección fronteriza, centros de cuarentena y centros especializados de desinsección y desinfección y prevenir así la entrada de vectores contaminantes o contagiosos para la cabaña ganadera.
En relación a la tuberculosis bovina, ASAJA CLM ha apuntado a la fauna silvestre como el verdadero problema de esta enfermedad animal, y ha lamentado que “estamos gastando munición en una batalla que no es la nuestra" como demuestran los datos oficiales. Según el último informe final técnico financiero del Programa Nacional de la Tuberculosis Bovina del año 2022, del MAPA, sólo dieron positivo en tuberculosis el 0,30 por ciento de todas las vacas que se sanearon en 2022, que fueron prácticamente el 99 por ciento de la cabaña ganadera. En cambio, de los jabalíes a los que se les hicieron pruebas después de ser abatidos entre un 12,75 y un 12,78 por ciento dieron positivo en tuberculosis, al igual que pasó con un 7,95 por ciento de los ciervos. Por ello, ha indicado Tapia, “lo que se necesita es hacer campañas de control entre la fauna silvestre porque los ganaderos, que no se oponen a los controles para que los índices bajen, no pueden ser los únicos que luchen contra la tuberculosis”. Este también es uno de los motivos por los que rechazan los dobles saneamientos que exigen desde la Administración, ya que, además de la complejidad que conlleva realizar estos controles de la cabaña ganadera, no se está atajando el verdadero problema.
En relación a los seguros, otra de las medidas que ASAJA CLM considera urgente es “solicitar unos mecanismos para que cualquier enfermedad ganadera de comunicación obligatoria esté cubierta automáticamente por las pólizas de seguros que tienen los ganaderos”. Además, ha pedido a Castilla-La Mancha que “no nos trate peor que al resto de comunidades autónomas y cambie el límite subvencionable del seguro ganadero para que alcance el 90% tal y como permite el Ministerio de Agricultura”.
Por otro lado, ha urgido también al Gobierno regional que agilice el pago de las ayudas asociadas a los ganaderos puesto que este año “hemos vivido un problema de costes, de enfermedades y de sequía y, a pesar de la gran falta de liquidez que tiene el sector, no ha llegado todavía el dinero”.
Por último, el presidente de ASAJA CLM se ha dirigido a las Administraciones “porque tienen que decidir si quieren una ganadería o no, porque un ganadero no puede vivir con miedo siempre” Así, además de las medidas planteadas, ha recordado que la organización agraria presentó hace meses al Gobierno regional un plan estratégico para la ganadería que elaboraron junto a la Universidad de Castilla-La Mancha “al que no nos han dicho que no, pero va demasiado lento”.