ALAS, que defiende que cualquier decisión política tenga fundamentos de base científica, solicita a Bruselas un estudio de impacto preliminar de viabilidad de las propuestas sobre los efectos en las tres dimensiones de la sostenibilidad: económica, social y medioambiental, antes de concretar los objetivos de ambas Estrategias.
La Alianza señala que el estudio de impacto debería realizarse teniendo en cuentas las características agroclimáticas de nuestro país, la variedad de cultivos, la presión de plagas y enfermedades. Además, la Alianza recuerda que debe considerarse también el esfuerzo del sector productor en los últimos años para adaptarse al cambio climático y el menor uso de inputs en agricultura.
Los productores son conscientes de la ambición de la transición al modelo alimentario que busca la aplicación del Pacto Verde Europeo, que implicaría una seria repercusión económica y social para mantener el nivel de productividad y suministro de alimentos a un planeta superpoblado.
ALAS recuerda que el papel fundamental de la agricultura y ganadería es proveer de alimentos sanos y de calidad, y asegurar el abastecimiento de la población, y todo ello en unas condiciones de sostenibilidad. Por tanto, cualquier estrategia, objetivos o metas que se defina, deberá tener presente este principio fundamental de la razón de ser de esta actividad.
Precisamente, viene a remarcar estos aspectos el reciente informe de impacto de las mencionadas Estrategias, realizado por el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA), cuyos alarmantes resultados reflejan una caída del 12% de la producción agrícola y un descenso del 16% de los ingresos brutos de las explotaciones agropecuarias, además de un aumento del 2% de las importaciones y una disminución del 20% en las exportaciones de alimentos. ALAS echa en falta que no haya sido aún la Comisión Europea la autora de un estudio adaptado a todos los elementos de la sostenibilidad que se desarrollan en relación con las Estrategias europeas “De la Granja a la Mesa” y sobre la “Biodiversidad 2030”.
A pesar de que inicialmente la Comisión (DG SANTE y DG AGRI) se ha postulado a favor de elaborar informes de impacto, ALAS lamenta su reciente decisión de que se efectúen durante la implementación de ambas Estrategias, por lo que no tendrán en cuenta el efecto global del conjunto de sus objetivos.
La Estrategia “De la Granja a la Mesa” persigue la aspiración de transformar el sistema de producción de alimentos mediante la reducción del 50% en el uso y el riesgo de productos fitosanitarios, reducir como mínimo un 20% el uso de fertilizantes, disminuir un 50% las ventas de los antimicrobianos empleados en la ganadería y la acuicultura, además de alcanzar un 25% de tierras agrícolas dedicadas a la agricultura ecológica.
Por su parte, la Estrategia sobre “Biodiversidad 2030” pretende transformar un mínimo del 30% de las tierras y mares de Europa en zonas protegidas y devolver a un mínimo del 10% de la superficie agrícola unos elementos paisajísticos muy variados.