El Boletín Fitosanitario de Avisos e Informaciones de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha informa en su último número sobre el repilo del olivo, una enfermedad originada por el hongo Fusicladium oleagineum, anteriormente denominado Spiloceae oleagina.
Las esporas de este hongo necesitan para dispersarse, temperaturas suaves entre 15-20ºC y, al mismo tiempo, que los órganos susceptibles (las hojas) permanezcan mojadas durante uno o dos días por lluvia y/o nieblas persistentes.
Las épocas más sensibles para el desarrollo de esta enfermedad son primavera y otoño. Si las condiciones ambientales son favorables para su desarrollo se aconseja la realización de tratamientos preventivos.
La consecuencia más importante de la enfermedad es la intensa defoliación del árbol, con el consiguiente debilitamiento y disminución de la productividad.
Para una correcta gestión integrada de esta enfermedad se debe:
-Anteponer, siempre que sea posible, medidas de prevención y/o culturales al control químico. Un ejemplo es la realización de podas que favorezcan la aireación del interior de la copa de los olivos, consiguiendo de este modo, que las hojas mojadas se sequen más rápido.
-En zonas sensibles al desarrollo de la enfermedad, no abusar de abonos nitrogenados.
-En caso de ser necesario el uso de fungicidas, las materias activas a utilizar se seleccionarán siguiendo el criterio de elegir aquellas que proporcionen un control efectivo y que generen el menor impacto para el medio ambiente.
Tratamientos
Se recomienda, tras las lluvias acaecidas a lo largo de estos días, junto a la temperatura suave, vigilar los olivares con el fin de controlar dicha enfermedad, y en caso de ser necesario, realizar un tratamiento otoñal en aquellas zonas en las que hayan aparecido los síntomas descritos. Los productos autorizados y registrados en el Registro de Productos Fitosanitarios del MAPA para los tratamientos en otoño son los siguientes:
-Compuestos de cobre; óxidos de cobre; hidróxidos de cobre; oxicloruro de cobre; sulfato cuprocálcico; sulfato tribásico de cobre, oxicloruro de cobre sulfato cuprocálcico; hidróxido de cobre oxicloruro de cobre.
-Compuestos de cobre fungicidas orgánicos: sulfato cuprocálcico mancozeb, oxicloruro de cobre mancozeb, oxicloruro de cobre sulfato cuprocálcico mancozeb.
-Otros fungicidas: bentiavalicarb isopropil mancozeb, kresoxim-metil, mancozeb y trifloxistrobin.
Es necesario mojar muy bien la masa foliar del olivo y preferentemente las zonas bajas e interiores, que es donde más frecuentemente se desarrolla la enfermedad. En caso de producirse lluvias intensas tras el tratamiento sería conveniente repetirlo.
No utilizar de forma continuada el mismo fungicida, que tengan el mismo modo de acción, para evitar la aparición de resistencias y problemas de ineficacias.
Es conveniente mencionar la publicación del Reglamento de Ejecución 2018/1981 por el que se renueva la aprobación de compuestos de cobre: hidróxido de cobre, oxicloruro de cobre, óxido de cobre, sulfato tribásico de cobre. Se autoriza una aplicación total máxima de 28 kg de cobre por hectárea durante un periodo de 7 años. Este Reglamento es de aplicación desde el 1 de enero de 2019 y dicha renovación es válida hasta el 31 de diciembre de 2025.
Se aconseja a los usuarios de productos fitosanitarios realizar una lectura completa de la etiqueta, con el fin de comprobar que el fungicida esté legalmente autorizado para el cultivo y uso determinado. Además, se deben consultar las indicaciones del fabricante y el momento recomendado o autorizado para realizar el tratamiento, para conseguir un manejo seguro, efectivo y legal. Es importante consultar la fecha de caducidad y persistencia del producto a utilizar.