En primer lugar intervino el director técnico de la Denominación de Origen, César Cólliga, quien realizó una cuidada presentación explicando las características que definen al Aceite de La Alcarria, la descripción de la zona, la producción de cada almazara acogida a la D.O., y las normas de producción del producto.
El presidente de la Denominación destacó el apoyo de Fadeta y del Ceder Alcarria Conquense, que han apoyado y promovido desde el principio esta iniciativa y señaló que “hemos elaborado un aceite capaz de estar a la altura de los paladares más exigentes, y nuestro reto de futuro es situarnos entre los mejores aceites con denominación de origen de España”.
El vicepresidente de Castilla-La Mancha señaló que “se trata de un aceite único en el mundo, un verdadero oro líquido, y ahora hemos de verlo en las mesas de los mejores restaurantes del mundo”. Lamata pidió a los productores integrados en la Asociación Oleícola de La Alcarria que respeten siempre los requisitos de calidad y no disculpen ningún error, y que realicen un esfuerzo grande en la comercialización “ya que la apuesta es difícil, por la fuerte competencia, tanto a nivel nacional, como internacional”.
Las seis marcas que ya han salido a la venta son El Molino, lanzada por la SAT Alcarria Baja de Auñón (Guadalajara), Herederos de Sánchez López, de la Almazara Basilia Sánchez, de Yebra (Guadalajara) Fidelco Alcarria, de Aceites Fidelco S.L. en Loranca de Tajuña (Guadalajara); Alcarreoliva, de Aceites Tinajas S.L. (Cuenca); Valdeolivas, del a Cooperativa Alta Alcarria en Valdeolivas (Cuenca) y Cooperativa San Sebastián de Isidro, de la cooperativa del mismo nombre, en Villalba del Rey, (Cuenca).
Los datos:
La zona de producción, elaboración y envasado de la D.O. comprende 137 municipios, 95 situados en la franja sudoeste de la provincia de Guadalajara y 42 municipios del noreste de Cuenca. La superficie de olivar se reparte igualmente entre las dos provincias, con algo más de 14.00 hectáreas en cada una de ellas. En total 2 millones de olivos, muy particulares, con un porte muy pequeño, casi diminuto si se compara con los olivares andaluces y copa menuda, que dan unas producciones medias de 4 ó 5 kg. por olivo. En esta zona predominan los olivos centenarios, con más de 100 e incluso hasta 200 años en algunos casos, muy arraigados en el paisaje y perfectamente adaptados a las condiciones climatológicas de la zona, por lo que soportan durante varios días heladas de hasta 4 y 5 grados bajo cero, sin oxidación del fruto. Son árboles adaptados igualmente a las características geológicas y edafológicas, con suelos en pendiente, poco profundos, alcalinos y salinos, que han actuado como medio de selección natural de la planta, dando lugar a bajas producciones y a una diferenciación del producto.
La variedad cultivada es la aceituna Verdeja o Castellana, que es endémica de La Alcarria, pues el 96% de la producción nacional de esta variedad se da en esta zona. Esto es sin duda una de las señas de identidad claras y evidentes de esta denominación de origen y asegura un producto con características propias y diferenciadas del resto de aceites. Así, el producto obtenido es un aceite untuoso, muy equilibrado y saludable, de color verde limón, más o menos intenso, muy frutado y aromático, con sabores a hierba, avellana o plátano y con intensidad leve en amargos y picores.
Las normas de producción, dicen que sólo se utilizará la aceituna fresca de vuelo y nunca la del suelo, no se permite el atrojamiento, la recolección deberá realizarse por el método del ordeño, y en cuanto al aceite, la ácidez no superará el 0,7%, el nivel máximo de peróxidos es del 15%., la humedad máxima 0,1% y nivel de impurezas máximo del 0,1%"
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